Un ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo, es un procedimiento legal que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir la jornada laboral de sus empleados en situaciones de crisis económicas, empresariales o productivas. A continuación, se responderán algunas preguntas frecuentes sobre el tema.
¿Por qué se aplican los ERTE?
Los ERTE se aplican como medida de ajuste temporal de plantilla, en situaciones en las que las empresas ven reducidos sus ingresos o se ven obligadas a paralizar su actividad productiva, ya sea por motivos económicos, productivos, técnicos, organizativos o de fuerza mayor.
¿Qué es una fuerza mayor?
Una fuerza mayor es un acontecimiento que escapa al control de la empresa y que impide la realización de la actividad laboral, como una pandemia, un terremoto o una inundación. En estos casos, se puede acudir a un ERTE de fuerza mayor, que se tramita de forma más rápida y sencilla que otros tipos de ERTE.
¿Quién puede solicitar un ERTE?
Cualquier empresa puede solicitar un ERTE, independientemente de su tamaño o sector de actividad. Para ello, deberá demostrar que se encuentra en una situación económica o productiva que justifica la adopción de esta medida.
¿Cuál es la duración de un ERTE?
La duración de un ERTE puede ser de hasta 6 meses, prorrogables por otros 6 meses más en casos excepcionales. Durante este periodo, los trabajadores afectados por el ERTE pueden solicitar la prestación por desempleo, que se abona en función de las cotizaciones realizadas durante su vida laboral.
¿Qué derechos tienen los trabajadores en un ERTE?
Los trabajadores afectados por un ERTE conservan su puesto de trabajo y su antigüedad en la empresa, así como sus derechos laborales y de Seguridad Social. Además, durante el periodo de suspensión o reducción de jornada, tienen derecho a recibir la prestación por desempleo, que se abona en función de las cotizaciones realizadas durante su vida laboral.
¿Cómo se tramita un ERTE?
La tramitación de un ERTE es un proceso complejo que exige cumplir una serie de requisitos y plazos legales. En primer lugar, la empresa debe comunicar a los trabajadores y a sus representantes legales la intención de acudir a un ERTE, así como las causas que lo justifican. A continuación, debe presentar la solicitud de ERTE ante la autoridad laboral competente, que analizará la documentación aportada y emitirá un informe sobre la procedencia o no del ERTE. Una vez autorizado el ERTE, la empresa deberá comunicar su inicio a los trabajadores afectados y a la Seguridad Social, y cumplir con las obligaciones legales en materia de prestaciones por desempleo y cotizaciones a la Seguridad Social.
En resumen, un ERTE es una medida temporal que permite a las empresas ajustar su plantilla en situaciones de crisis económicas o productivas. Aunque ofrece ciertas garantías a los trabajadores afectados, su tramitación es compleja y exige cumplir una serie de requisitos legales. Por ello, es fundamental contar con el asesoramiento de profesionales especializados en la materia.